Muy bien amigos, llegamos a la etapa final. Los miembros de la iglesia Sagebrush están comprometidos con la idea de que cada persona es importante para Dios y compartir su fe es una prioridad de esta iglesia.
Aquí realmente creemos que existe un cielo y existe un infierno, y que las personas realmente irán a uno de estos lugares. Jesús dijo en el libro de Mateo 28:19-20: "Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Ensenen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos”.
La misión de esta iglesia es ayudar a las personas que están lejos de Cristo a convertirse en seguidores totalmente devotos de Jesús. Pero lo que sucede es que lo olvidamos, y por eso tenemos que recordar de vez en cuando el propósito y la razón por la que existe esta iglesia.
La siguiente encuesta se realizó después de los servicios religiosos del domingo por la mañana en todo el país para descubrir la razón principal de que la iglesia exista.
El 85% de las personas que asisten a la iglesia regularmente dijo: "La iglesia existe para satisfacer mis necesidades y las de mi familia".
El único problema es que Jesús dijo que la iglesia existe para alcanzar a las personas que no conocen a Jesucristo. Verás, hay una fuerza gravitacional dentro de ti y dentro de mí que nos mueve hacia el egoísmo mientras nos dice: "Quiero mi espacio de estacionamiento". Quiero mi tipo de música. Quiero mi asiento.
Quiero el maestro para mis hijos. Y con el tiempo, ese egoísmo en nosotros comienza a crecer involuntariamente, y todo apunta hacia nosotros mismos. De vez en cuando escucho a la gente decir: "La iglesia se está volviendo tan grande". ¿Sabes qué es demasiado grande? El infierno es demasiado grande. Y es la pasión de esta iglesia que, por la gracia de Dios, seamos utilizados para aumentar la población del cielo y disminuir la población del infierno.
Siempre seremos una iglesia que quiere que cada persona invierta en alguien que está lejos de Dios porque así es como Jesús vivió su vida. Jesús se preocupaba profundamente por todos.
Otra de mis historias favoritas en la Biblia se encuentra en Lucas 5. Jesús llama a un recaudador de impuestos llamado Leví, probablemente lo conozcas por el nombre de Mateo, para que formara parte del grupo de sus discípulos.
Para ser sincero, no nos damos cuenta verdaderamente de lo que está sucediendo aquí. Las personas de esa época odiaban a los recaudadores de impuestos incluso más de lo que odiamos pagar impuestos hoy en día. Se les consideraba lo más bajo de la sociedad porque le dieron la espalda a su propio país, a su propio pueblo, todo por tener dinero.
Cuando Jesús llamó a Leví para que fuera uno de sus discípulos, esa invitación conmocionó a toda la comunidad. Entonces aquí está la pregunta. ¿Por qué Leví se levantó y siguió a Jesús? Bueno, tal vez estaba cansado de sentirse vacío por dentro.
Tal vez había intentado todo lo que el mundo dice que nos satisface para descubrir que todavía estaba insatisfecho.
Quizás sintió algo especial por parte de Jesús que nunca había sentido por medio de otro ser humano en toda su vida. El amor incondicional.
Lo primero que hizo Leví después de aceptar la invitación de Jesús fue organizar una gran fiesta para que todos sus amigos conocieran a Jesús. Y Jesús hizo algo inesperado. Se presentó a la fiesta. ¿Y sabes qué? Esto hizo que el establecimiento religioso se sintiera muy incómodo de que Jesús se presentara en un lugar como ese.
Pero para Jesús, fue algo obvio. Miró a los líderes religiosos y les dijo: "No son los sanos los que necesitan a un médico, sino los enfermos. No he venido a rescatar a los justos, sino a llevar a los pecadores al arrepentimiento". Amigos, a Jesús le encantaba estar con personas que estaban lejos de Dios. Por lo tanto, permíteme hacerte una pregunta.
Recuerdo que hace años, cuando era pastor estudiantil en otra iglesia, nos esforzábamos por influenciar a la juventud para la gloria de Jesús. Y cuando te acercas a personas que son diferentes y empiezan a venir a la iglesia, todos empiezan a sentirse un poco incomodos y descubres lo que realmente piensan de las personas.
A veces no es muy agradable. Un domingo por la mañana, me detuvo una anciana que estaba molesta porque, en su manera de ver, teníamos niños vestidos de manera inapropiada. Creo que llevaban gorras puestas en el santuario y algunos otros fumaban cigarrillos en el estacionamiento.
Y creo que dijo algo acerca de que los pasillos estaban demasiado llenos con adolescentes. Ella estaba molesta. Específicamente, ella estaba enojada conmigo. Ella me llamó hijo de Satanás. Nunca olvides cuando alguien te llame descendiente de Satanás.
Bueno, traté de calmar sus temores asegurándole que yo no era hijo de Satanás, pero no creo que la convencí. En esa iglesia, al final del servicio, le daban a la gente la oportunidad de caminar por un pasillo y hablar con un pastor sobre cualquier decisión espiritual que hubieran tomado.
Bueno, un día venia caminando con un bastón esta mujer por el pasillo donde yo estaba, y pensé: "Vaya, viene aquí para arrepentirse. Quiero decir, se dio cuenta de lo que ha hecho. Entendió que su actitud fue incorrecta". Entonces, extendí mi mano para saludarla y ella la apartó con su bastón. Le dije: "Bueno, ¿qué decisión has tomado hoy por Jesús?" Y ella me miró. Nunca lo olvidaré. Me dijo: "He tomado la decisión de despedirte".
Y ella lo intentó con todas sus fuerzas. Le lloró al presidente de los diáconos. Le gritó al pastor asociado. Le gritó al pastor en jefe. Lo que me sorprendió fue que casi lo logró. ¿Y cuál fue mi ofensa? Yo sólo quería que los chicos conocieran a Jesús, porque realmente hay un cielo y realmente hay un infierno y la gente realmente va a uno u otro.
Aquí estaba esta mujer que había ido a la iglesia toda su vida y en algún momento perdió la pasión por aquellos que eran diferentes a ella.
Era mi segundo año de secundaria. Estaba sentado en una clase de mecanografía. ¿Recuerdas la clase de mecanografía? Algunos de ustedes que son un poco mayores recuerdan la clase de mecanografía. A, S, D, F, J, K, L, punto y coma, espacio. Me senté junto a Natalie Bradford y presioné esas teclas una y otra vez. Natalie, en mi opinión, era hermosa.
Le dije lo mucho que me gustaría estar con ella de maneras muy groseras e inmaduras. Básicamente, estaba actuando como un idiota.
De repente, un niño llamado Bill Hill, en realidad ese era su nombre, se dio la vuelta para verme a la cara y me preguntó si yo quería saber cómo me podría convertir en cristiano. Me quedé impactado. Había ido a la iglesia prácticamente toda mi vida. Ahí tuve algunas de mis mejores siestas en el regazo de mi mamá cuando era niño.
Le respondí a Bill Hill diciendo, “Aprecio lo que me estás diciendo, pero ya soy cristiano. Y voy a la iglesia todos los domingos por la mañana, a veces también los miércoles por la noche". Y nunca olvidaré lo sucedió. Bill me miró y dijo "Entonces, ¿por qué no actúas como tal?"
Esa frase sacudió mi mundo. Y esa noche cuando llegue a casa le pedí a mi mamá que me ayudara a encontrar una Biblia.
Y eso sacudió su mundo. Cuando mi mamá finalmente volvió en sí, encontramos una Biblia que me regalaron cuando me gradué de la primaria. Era una versión Reyna Valera de la Biblia. Y ya les he dicho lo difícil que es leerla. No tenía ningún sentido para mí.
Mi mamá llamó inmediatamente al pastor de nuestra iglesia y le dijo: "¿Existe una Biblia que sea fácil de leer y entender?" Y el pastor nos recomendó una Biblia. Mi mama salió inmediatamente para comprármela. Yo tome esa Biblia y simplemente no podía dejar de leerla. Y mientras leía las palabras de la Biblia, sentí como si Dios me estuviera hablando directamente.
Una noche estaba leyendo el libro de Juan y me di cuenta de que no era verdaderamente un seguidor de Jesús. Iba a la iglesia, pero nunca me arrepentí de mi pecado.
Nunca le había entregado mi vida a Jesús. Entonces allí, en mi habitación, me arrodillé junto a mi cama y le pedí a Jesús que perdonara mis pecados y se hiciera presente en mi vida.
Un día, cuando llegue al cielo, encontraré a Bill Hill y le agradeceré por preocuparse lo suficiente por mi eternidad como para hacerme esa pregunta y ayudarme a descubrir que necesitaba desesperadamente una respuesta.
También, le voy a agradecer porque se arriesgó al rechazo y al ridículo. Él no sabía lo que yo diría. Ni tampoco sabía cómo respondería, pero dio un paso al frente y le estaré eternamente agradecido por haberlo hecho. Dondequiera que vayamos, estamos rodeados de personas que necesitan escuchar acerca de Jesús y su eternidad está en la balanza, y tenemos la oportunidad de acercarnos a ellos de la misma manera que otras personas hicieron contacto con nosotros.
En nuestra aplicación de Sagebrush, donde dice “Recursos”, tenemos un video que explica cómo puedes compartir el mejor mensaje que jamás se haya dado con tus amigos y tu familia. Así que quiero que vayas a la página de recursos en la parte inferior de la aplicación y quiero que sigas la liga donde dice "Una Vida".
Y quiero que te tomes un tiempo para ver el video, tomes notas y comiences a practicar esto que llamamos Ilustración del Puente. Entonces, la próxima vez que tengas la oportunidad de hablar acerca de Jesús con algún amigo o familiar, estarás listo para compartir el maravilloso amor de Dios con esa persona. El 90% de los cristianos nunca ha compartido a Jesús con otra persona. Esa tendencia tiene que cambiar. Eso es todo queridos amigos. Estoy orando para que nunca estén satisfechos con simplemente asistir a una iglesia, sino que sean una parte de ella.
1. Nuestra visión como iglesia es: "Ayudar a las personas que están lejos de Cristo a convertirse en seguidores plenamente devotos de Jesús", ¿Cómo encaja el ir en esta declaración?
2. ¿Por qué nuestra atracción natural cuando se trata de la iglesia es ser egoístas y pensar en nosotros mismos? ¿Cómo luchamos contra esto en nuestras propias vidas?
3. Lee Mateo 28:19-20. ¿Qué está en juego si no estamos a la altura de estas últimas palabras de Jesús?
4. Las estadísticas muestran que el 90% de las personas que asisten a la iglesia semanalmente nunca compartieron a Jesús con otra persona. ¿Por qué crees que eso es cierto? ¿Quién es una persona con la que puedes compartir a Jesús o invitar a nuestra iglesia esta semana?
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