Proximos Pasos: Semana 1

Próximos Pasos: Semana 1 Dia 1

Transcripción de vídeo:

Felicidades por haber tomado la decisión de recibir a Jesús como el líder y redentor de tu vida. Espero que el tiempo que pasaremos juntos durante las próximas semanas te ayude a acercarte más a Jesús. Recuerdo que cuando le pedí a Jesús que dirigiera mi vida, tenía muchas preguntas. ¿Cómo puedo entender la Biblia? ¿Cómo puedo orar? ¿Cómo es esta nueva vida? Incluso, hubo momentos en los que me pregunté si realmente era cristiano, porque no todo cambió en mi vida inmediatamente y seguí cayendo en el pecando. Me preguntaba si mi renacimiento era verdadero, porque había veces que no me sentía cristiano. Para ser sincero, me estaba costando mucho trabajo renunciar a algunos hábitos que son tradicionalmente difíciles de cambiar. Además, me costó mucho esfuerzo crear nuevos hábitos que sabía que me ayudarían a seguir a Jesús.

De esto se tratan estos mensajes de inspiración. Su propósito es ayudarte a entender un poco más acerca de tu nueva relación con Jesús, porque no quiero que tengas dificultades tratando de descubrir todo esto por tu cuenta. Quiero ayudarte. Ahora, cuando yo entregué mi vida a Jesús, nadie me dijo cómo leer la Biblia ni cómo orar. Nadie me dijo que habría días en los que no me sentiría cerca de Dios como lo siento ahora. Quería estar cerca de Dios y quería que Él usara mi vida para que tuviera significado. Simplemente no tenía ni idea de cómo llevar a cabo la vida que sabía necesitaba vivir. Por lo tanto, quiero hacer por ti lo que desearía que alguien hubiera hecho por mí. Todos los días quiero pasar unos minutos contigo y quiero ayudarte a comprender cómo amar más a Dios y cómo poder ser usado por Él de maneras que nunca creíste fueran posibles.

Entonces, lo primero que quiero asegurarme es que comprendas lo que significa ser cristiano. Comencemos desde el principio. Génesis capítulo 2 versículo 3, Dios puso a Adán en el Jardín del Edén y todo fue perfecto. Había comida abundante, animales que disfrutar, tierra que descubrir, y trabajo que hacer. Luego Dios le dio a Adán una hermosa esposa. Frecuentemente me pregunto, cómo se habrá sentido Adán cuando vio a Eva por primera vez. Hasta ese momento no había visto nada más que leones, tigres y osos, ¡Caramba! Seguramente dijo cuando la vio. Te apuesto que su corazón se saltó uno o dos latidos, ¿no crees? Adán y Eva estaban en paz con toda la creación y estaban en paz consigo mismos. No hubo depresión, baja autoestima, vergüenza, o culpa. Su matrimonio fue perfecto. Y, sobre todo, estaban en paz con Dios. Caminaban y hablaban con Dios todos los días.

Pero el pecado trajo el caos a su mundo. En el libro de Génesis capítulo 3, Eva se encuentra junto al único árbol que Dios les prohibió que no comieran. La Biblia dice: "Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los otros animales que el Señor Dios había creado. La serpiente dijo a la mujer: '¿De verdad dijo Dios: "No debes comer de ningún árbol del jardín?"' Y la mujer respondió: 'Podemos comer frutos de los árboles del huerto, pero Dios dijo: "No debes comer el fruto del árbol que está en medio del jardín, y no debes tocarlo o morirás". '"

Cuando Satanás cuestionó la palabra de Dios diciendo: "¿Acaso Dios realmente dijo que no puedas comer de este árbol?" es importante que entendamos que esto es precisamente lo que Satanás nos quiere hacer hoy en día. Él trata de hacernos creer que Dios nos está ocultando algo, para que no confiemos en Dios. "'No morirás', dijo la serpiente a la mujer. 'Porque Dios sabe que cuando comas de ese fruto, tus ojos se abrirán y serás como Dios, conociendo el bien y el mal.' Cuando la mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer y agradable a la vista, y también deseable para alcanzar sabiduría, tomó un poco y se lo comió. ¿Y entonces qué hizo la mujer? Le dio de comer el fruto a su pobre e indefenso esposo, y ¿qué podía hacer él sino apoyarla? Es una broma. Ella le dió la fruta a Adán y él se la comió porque era un idiota.

La Biblia dice: "Entonces se abrieron los ojos de ambos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; tuvieron que coser hojas de higuera para cubrir sus cuerpos". Fue en este momento cuando se rebelaron contra Dios, que el pecado entró al mundo y todo cambió como consecuencia. La paz y armonía que había entre nosotros y Dios se quebrantó. La depresión y la baja autoestima pasaron a formar parte de Adán y Eva, junto con la culpa, la vergüenza y los celos, sólo por nombrar algunos. Por lo tanto, se tuvieron que esconder de Dios entre los árboles del jardín debido a su pecado. Estaban conscientes de que habían decepcionado a Dios y por eso se escondieron. Pero Dios llamo a Adán. Fue un llamado a confesar y admitir lo que él y Eva habían hecho. Y Dios siguió llamándolos.

Finalmente, Adán reunió todo el valor que tenía y salió de su escondite. Pero en lugar de asumir la responsabilidad por lo que había hecho, culpó a Eva. Y Eva, a su vez, culpó a la serpiente. Date cuenta de esto. Desde que el pecado entró a nuestro mundo, nos hemos estado escondiendo de Dios y culpando a todos los demás por los pecados que hemos cometido. Debido a que Adán y Eva se habían rebelado contra Dios, su pecado tuvo muy serias consecuencias. Es por eso que Dios tuvo que sacrificar a un animal inocente y usar su piel para cubrir su desnudez y vergüenza. Esta fue la primera vez que se derramó sangre inocente para que alguien pudiera ser perdonado por su pecado, pero no será la última vez.

Cuando empieces a leer el Antiguo Testamento, descubrirás acerca de un elaborado sistema de sacrificios que el pueblo judío observa para poder ser perdonado de sus pecados. De hecho, en la Biblia encontramos que la única manera que una persona pueda ser perdonada por su pecado es que alguien muera por esa persona. Dios dijo: "Sin el derrame de sangre, no se pueden perdonar los pecados". Eso significa que alguien inocente tiene que morir para que seamos perdonados. Entonces, cada año, en el Antiguo Testamento, llevaban un cordero al templo para ser sacrificado. Y simbólicamente, el pecado de esa persona sería depositado sobre ese cordero inocente, y ese cordero pagaría el precio por los pecados de esa persona durante todo un año. El problema, por supuesto, era que la gente seguía pecando. Por eso cada año había que sacrificar más corderos.

Dios vio el desastre en el que estábamos y envió a Su Hijo Jesús, a quien la Biblia se refiere como el Cordero de Dios, para que muriera por nuestros pecados. La Biblia nos enseña que Jesús vivió una vida sin pecado y fue crucificado por todos nuestros pecados. Mira, en la cruz, Jesús, el Cordero de Dios, que no conoció pecado, tomó sobre sí mismo la deuda que le debíamos a Dios. Ese día, el cielo se oscureció y Jesús exclamo: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" Dios Padre es santo, no puede estar en la presencia del pecado. Por primera vez, Jesús sintió la separación de Dios. Y eso fue mucho más doloroso que la corona de espinas o los clavos que estaban en Sus manos y pies, fue en ese momento cuando el peso de todo nuestro pecado cayó sobre Él. Jesús, en la cruz, pagó la deuda que teníamos con Dios por nuestros pecados. Y al hacerlo, proporcionó una manera para que seamos perdonados de nuestros pecados y reconciliarnos con Dios.

Una de las últimas palabras que Jesús pronuncio justo antes de morir en la cruz fue la palabra “Tetelestai”, que significa "Hecho Por Completo". Ese término, “Tetelestai”, también significa "pagado en su totalidad". Cuando una persona compraba algo en el primer siglo que no podía pagar por adelantado, llegaba a un acuerdo con el vendedor para hacer pagos en abono por el artículo que quería adquirir, de forma muy parecida a como lo hacemos hoy con un automóvil o una casa. Cuando se realizaba el pago final, sellaban el documento con la palabra “tetelestai”, o pagado en su totalidad. De la misma manera Jesús exclamo desde la cruz que había pagado en su totalidad la deuda del pecado que teníamos con Dios, y al mismo tiempo nos había proporcionado un camino para llegar a Dios.

Y ahora, ¿sabes que pedirle a Jesús que entre en tu vida es tan fácil como el A, B, C o el 1, 2, 3?

En primer lugar, debemos admitir que hemos pecado. Debemos admitir ante Dios que hemos dicho, pensado y actuado mal, y debemos arrepentirnos de esos pecados. Esa palabra “arrepentirse” significa ir en una dirección diferente. Estaba haciendo las cosas equivocadamente pero ahora ya no quiero vivir así. Quiero vivir mi vida para Jesús. Por lo tanto, la pregunta es esta. ¿Has admitido que has pecado y te has arrepentido de tus pecados? Una vez más, arrepentirse significa hacer un cambio radical. Cuando yo iba por el mal camino, vivía solo para satisfacer mi egoísmo, pero ahora quiero vivir mi vida para agradar a Jesús. ¿tú has hecho esto?

En segundo lugar, debes creer que Jesús es el Hijo de Dios, que vivió una vida sin pecado, murió en la cruz para pagar el precio por nuestros pecados y resucitó tres días después, venciendo a la muerte y a la tumba. Entonces, la pregunta es: ¿crees que eso es cierto? Y finalmente, tienes que entregar tu vida a Jesús. Ahora, eso no significa que vas a ser perfecto, pero la actitud de tu corazón es que quieras seguirlo y amarlo un poquito más cada día.

Ahora bien, si tu haz hecho esas tres cosas, y has orado y pedido a Jesús que entre en tu corazón, entonces eres cristiano, si lo sientas o no. Mira, nuestra relación con Dios no se basa en sentimientos, sino en el hecho de que la Palabra de Dios dice que, si confiesas con tu boca que 'Jesús es Rey’, eso significa que Jesús es el gobernante de tu vida, y si crees en tu corazón que Dios Padre lo resucito, serás salvado. Eso se encuentra en el libro de Romanos capítulo 10 versículo 9. Si así lo has hecho, eso no quiere decir que a lo mejor podrás ser cristiano. Significa que en verdad lo eres. Por consiguiente, si te vienen a la mente dudas sobre si realmente eres o no cristiano, recuerda que has confesado que Jesús es el líder y el redentor de tu vida, y crees que Él murió y resucitó de entre los muertos. Y por eso eres cristiano.