Primeros Pasos: Oración

Estudio Bíblico De Juan: Día 20

Lee Juan 20:1-31.

¿Te imaginas cómo se sintieron todas las personas ese domingo después de la muerte de Jesús? Jesús llevaba dos días muerto. Desde una perspectiva exterior, parecía que se había perdido toda esperanza. Te aseguro que ese fue un día sombrío y triste para todos los que amaban y fielmente seguían a Jesús. Sin embargo, ahora sabemos que, aunque ese día comenzó con una nota triste, no terminó así. Sabemos esto porque tenemos el capítulo 20 del libro de Juan.

En el capítulo 20, María Magdalena fue a la tumba de Jesús, muy temprano por la mañana de ese Domingo. Mientras caminaba hacia la tumba, notó algo muy extraño y alarmante. La piedra que cerraba la tumba de Jesús había sido movida. Inmediatamente, corrió hacia dos de los discípulos de Jesús: Pedro y Juan (también conocido como “el discípulo que Jesús amaba” en el libro de Juan). Ella pensó que alguien se había robado el cuerpo de Jesús.

Al recibir esa noticia, Pedro y Juan corrieron a la tumba para ver lo que había sucedido. Ahí encontraron el sepulcro exactamente como María la había descrito y comprobaron que la vestimenta con la que habían embalsamado a Jesús para su entierro permaneció intacta. Los dos discípulos salieron del sepulcro y regresaron al lugar donde se habían alojado, pero María se quedó atrás. Ella se quedó frente al sepulcro, llorando. En ese momento dos ángeles le preguntaron por qué lloraba, a lo que ella respondió: “Porque se han llevado a mi Señor… y no sé a dónde se lo han puesto” (versículo 13). Al darse la vuelta, se dio cuenta que estaba hablando con Jesús resucitado de entre los muertos, pero no lo reconoció. Ella pensó que era un jardinero. Él entonces le preguntó, como lo hicieron los ángeles, por qué estaba lloraba. Ella respondió: “Señor… si usted se lo ha llevado, dígame donde lo puso, y yo iré a buscarlo” (versículo 15).

En ese momento, María Magdalena no se había dado cuenta de que esa persona con la que conversaba era Jesús. De repente, Jesús exclamó: “María!”, y ella inmediatamente se percató de que estaba hablando con Jesús. Después de su reunión, Jesús le dijo que fuera a contarles a los discípulos lo que había sucedido (versículo 17). Cuando ella llego con ellos les dijo: “¡He visto al Señor!” (versículo 18).

Así como Jesús le ordenó a María que difundiera la buena noticia de la resurrección de Jesús, nosotros también estamos llamados a compartir esa maravillosa noticia de que Jesús está vivo. Como seguidores de Cristo, podemos ser los mensajeros compartan la buena noticia con aquellos que no lo conocen. ¿Correrás como María, con la buena noticia de que Jesús está vivo para ofrecer la salvación a todos los que creen en Él?

AVANZAR HACIA LA ACCIÓN

Si has puesto tu fe en Jesús, considérate oficialmente llamado a compartir la buena noticia de Jesús con todos los que no lo conocen. Puedes hacer esto compartiendo tu historia de cómo Dios te ha rescatado. A lo largo del estudio del libro de Juan, te hemos desafiado a escribir tu historia y practicar contándola. Hoy es el momento de compartir tu historia. Piensa en una persona en tu vida que no conozca a Jesús. Cuéntale tu historia de cómo Dios ha cambiado tu vida lo más pronto posible.