Primeros Pasos: Biblia

Estudio Bíblico De Juan: Día 9

Lee Juan 9:1-41.

Cuando relatamos nuestras historias de cómo Dios nos salvó, las personas nos observan asombradas de la manera que Dios cambió nuestras vidas. Esto fue el caso de un hombre que había estado ciego desde su nacimiento, en el capítulo 9 del libro de Juan. Este hombre fue eventualmente sanado por Jesús, y todos a su alrededor observaron con asombro mientras caminó, claramente capaz de ver nuevamente.

En el libro de Juan, capitulo 9, Jesús y sus discípulos se encontraron con este hombre que había estado ciego desde que nació. Los discípulos de Jesús le hicieron una pregunta que nos parecerá muy extraña. Debido a que en la cultura israelita se tenía la creencia de que las enfermedades congénitas como la ceguera y otras dolencias físicas, eran a menudo eran una manifestación del castigo merecido por el pecado. Los discípulos entonces le preguntaron a Jesús, por qué este hombre era ciego. “¿Fue por sus propios pecados o por os de sus padres?” le preguntaron. Jesús les corrigió diciendo que este hombre no nació ciego como producto del pecado. De hecho, Jesús les dijo que, debido a las limitaciones de este hombre, Dios demostraría Su poder a través de él. Lo que ocurrió después fue extraño y milagroso al mismo tiempo. Jesús escupió en el suelo, hizo un barro con sus manos. Después de haber cubierto los ojos del ciego con el barro, Jesús le pidió que fuera a lavarse los ojos con agua. Después de haberlo hecho, el hombre pudo ver por primera vez en su vida. Eso fue realmente un milagro.

Las mismas personas que antes conocían a ese hombre como un ciego, mientras lo veían mendigando por las calles, no podían creer que había sido sanado. Cuando estas personas le preguntaron qué sucedió y quién lo sanó, les contó su historia. Les describió lo que Jesús hizo y, como resultado, Dios fue glorificado en ese lugar. Ahora ese hombre estaba viviendo con propósito gracias al poder de Dios que se manifestó a través de su vida.

Así como Jesús usó las limitaciones de este ciego para demostrar su poder, Jesús también nos usa a pesar de nuestras limitaciones. Quizás sientas que eres inadecuado o que no estás preparado para seguir el ejemplo del hombre que era ciego, para que puedas testificar ante otras personas lo que Dios ha hecho en tu vida. Quizás pienses que tu historia no es lo suficientemente poderosa. Permíteme asegurarte, querido amigo, que Dios puede y te usará sin importar tus limitaciones o debilidades. Las áreas en las que te sientas débil pueden ser los vehículos a través de los cuales el poder de Dios se revelará ante muchas personas.

El compartir nuestra historia no tiene qué ser complicado o difícil. Simplemente, tenemos que tener fe para compartir lo que Dios ha hecho por nosotros. ¿Acaso Dios no te ha hecho pasar por alguna prueba muy difícil? ¿Acaso Dios no ha caminado contigo en momentos de ansiedad? ¿Te ha proveído físicamente durante momentos de necesidad? ¡Cuéntale tu historia a los demás! Estoy seguro y te escucharán con asombro y Dios recibirá la gloria mientras tu historia sea relatada.

AVANZAR HACIA LA ACCIÓN

¿Qué está pasando contigo? ¿Has aprovechado la oportunidad para contarles a otros sobre tu fe en Jesús? Anteriormente, en nuestro estudio bíblico del libro Juan, te desafiamos a escribir tu historia de cómo llegaste a conocer a Jesús. Recuerda, tu historia se trata simplemente de relatar a otras personas cómo era su vida antes de que siguieras a Jesús, cómo comenzaste a seguir a Jesús y cómo es su vida actualmente. Ahora que ya tienes tu historia escrita, decídete hoy mismo a practicar contándola. A medida que practiques compartir su historia con otras personas, estarás mejor preparado para compartirla cuando llegue la oportunidad.