Primeros Pasos: Biblia

Estudio Bíblico De Juan: Día 14

Lee Juan 14:1-31.

Es cierto que la mayoría de las personas en este mundo buscan la paz. El miedo y la ansiedad están en los niveles más altos. Muchos están buscando escapar de la ansiedad y el dolor que enfrentan, desesperados por obtener algo parecido a la paz. Buscan entretenimiento, comida, relaciones o logros profesionales, con la esperanza de encontrar la paz. Al final del día, estas cosas los dejarán vacíos. Sólo Jesús es nuestra verdadera fuente de paz.

Mientras se preparaba para su muerte, Jesús enseñó varias cosas a sus discípulos durante su última cena juntos. Mientras hablaban, el libro de Juan capítulo 14 nos enseña que Jesús les prometió darles su paz. “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón”, dijo (versículo 27). “Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo” (versículo 27). También les recordó que regresaría (versículo 28). Y prometió que nadie tendría poder sobre Él (versículo 30).

Esto significa que todo lo que le iba a suceder a Jesús, se haría porque Él así lo permitiría. Jesús dijo estas cosas a sus discípulos para traerles paz durante un periodo de tiempo que no iba a ser pacífico. Estaban a punto de ver a su maestro de los últimos tres años arrestado y asesinado. Su mundo estaba a punto de ponerse patas arriba. A pesar de sus circunstancias, Jesús les prometió paz si confiaban en Él y si recordaban sus enseñanzas.

Esta paz que Jesús nos prometió también se encuentra en la promesa de que los discípulos no serían abandonados. En el libro de Juan capítulo 14 versículo 26, Jesús afirma que después de Su muerte, resucitara para después ascender al cielo, y como consecuencia, el Espíritu Santo vendría y habitaría entre los creyentes. El propósito del Espíritu Santo es ayudar a los creyentes a vivir la vida cristiana. Jesús quería que sus discípulos se sintieran reconfortados al saber que no estarían solos.

Amigo mío, así como Jesús ofreció su paz a los discípulos, así te ofrece su paz hoy. Mira, a pesar de cualquier circunstancia que enfrentes, tienes esta promesa: Jesús ha vencido al pecado y a la muerte. Un día la enfermedad, el pecado, la muerte, el dolor y la tristeza ya no existirán (Apocalipsis 21:4). Por eso podemos tener la paz de Cristo en cualquier situación.

Sí, todavía sentiremos el aguijón del pecado, la muerte y el dolor mientras estemos en esta tierra, pero también sabemos que esto no es el final. Jesús promete una eternidad donde las cosas dolorosas y temporales del mundo, ya no existirán. Esta es la paz que tenemos. También tenemos paz al saber que el Espíritu Santo está con nosotros cada segundo de cada día, consolándonos y ayudándonos a vivir una vida que honre a Dios. Busquemos a Dios hasta el día en que la muerte, el pecado, la tristeza y el dolor ya no existan, apoyémonos en el Espíritu Santo, oremos, estudiamos la Biblia y buscamos ayuda de profesionales como consejeros cristianos, si es necesario. Amigo mío, Jesús, en verdad, es nuestra paz.

AVANZAR HACIA LA ACCIÓN

¿Te sientes abrumado por el peso de la vida? ¿Estás teniendo dificultades para ver una pizca de paz en el mundo que te rodea? Escribe hoy la palabra “paz” en tu muñeca o en el espejo de tu baño con un marcador. Mientras miras ese mensaje en tu muñeca o un espejo, recuerda a Cristo y a la esperanza que tenemos en Él.