Lea Juan 13:1-38.
Si supieras cuando vas a tener tu última cena en la tierra, ¿a quién invitarías a comer contigo? ¿Invitarías a tu familia, buenos amigos o compañeros de trabajo? ¿Qué sentimientos sentirías al pasar tus últimos momentos con ellos? ¿Te sentirías abrumado por el dolor? ¿Te sentirías responsable de transmitirles información importante? ¿Qué querrías decir?
En el libro de Juan capítulo 13, Jesús estaba compartiendo lo que sabía sería sus últimos alimentos antes de ser arrestado, torturado, y finalmente, asesinado. Jesús eligió compartir esta comida con sus doce discípulos, sus amigos más cercanos con quienes pasó tres años enseñando y sirviendo a los demás. Sabiendo que no le quedaba mucho tiempo con Sus discípulos, debemos concluir que lo que Jesús dijo en estos versículos era muy importante.
Jesús comenzó su última cena lavando los pies de cada uno de sus discípulos. Ayer aprendimos la importancia del lavado de los pies, que normalmente era la tarea de un sirviente. Recuerda que en los días de Jesús, la gente caminaba principalmente con sandalias. Debido a esto, los pies de las personas se ensuciaban mucho. Como resultado, frecuentemente se pedía a un sirviente que lavara los pies de los invitados que llegaban a la casa. No se distraigan, amigos.
En sus últimos momentos con sus amigos más cercanos, Jesús asumió el papel de un sirviente, lavándoles los pies. Después de lavarles los pies, Jesús explicó que si Él no se consideraba demasiado bueno para lavarlos, sus discípulos tampoco lo eran para dedicarse a lavar los pies del pueblo. No estaban por encima de servir a otras personas. Si Jesús vivió una vida de servicio y sacrificio, los discípulos deberían seguir su ejemplo.
Luego, en un momento de profunda enseñanza, Jesús compartió un nuevo mandamiento: “Ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben de amarse unos a otros” (versículo 34). Como sus seguidores, estamos llamados a dedicar nuestras vidas a servir a los demás. ¿Te comprometerás a vivir un estilo de vida de servicio? ¿Qué puedes hacer hoy para asumir el papel de sirviente y servir a otras personas en tu alrededor?
¿Quién conoces que necesita ayuda hoy? Quizás conozcas a alguien que esté pasando apuros económicos. ¿Puedes proporcionarles una comida preparada o alimentos? Quizás conozcas a alguien que se sienta solo. ¿Puedes pasar algo de tiempo con ellos esta semana? ¿Conoces a alguien en el hospital? Puedes visitarlos esta semana y tal vez llevarles un café o un té. Sin importar quien te venga a la mente, decide atenderle de alguna manera esta semana. Hazle saber que no están solos y que Dios los ama muchísimo.
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