Primeros Pasos: Bautismo

Estudio Bíblico de Juan: Día 5

Lee Juan 5:1-47.

“¿Te gustaría recuperar la salud?” Jesús le preguntó a un hombre que había estado incapacitado para caminar durante treinta y ocho años.

¿Puedes imaginar lo que este hombre pensó cuando Jesús le hizo esta pregunta? “¡Por supuesto!” Me imagino que respondió.

Mira, ese hombre se encontraba en aquel entonces en un lugar conocido como “la piscina de Betesda”. En la época cuando Jesús estuvo físicamente presente en la tierra, la gente creía que esta piscina tenía poderes curativos. Creían que cualquier persona que entrara en el agua de la piscina, justo en el momento donde el agua comenzara a agitarse, sería sanado. Eso significa que, si este hombre estaba en la piscina de Betesda, obviamente quería ser sanado.

Sin embargo, había un problema. “Es que no puedo, señor”, dijo, “porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agite el agua. Siempre alguien llega antes que yo” (Juan 5:7). En otras palabras, este hombre estaba sin esperanza. Quería ser sanado, pero nunca pudo llegar al agua que él creía que lo sanaría. Entonces, Jesús miró al hombre y le dió tres instrucciones que le cambiarían la vida: “¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda!”

Inmediatamente el hombre obedeció lo que Jesús le dijo y fue sanado en ese instante. Con una sola frase de la boca de Jesús, este hombre cambió para siempre. Observa que este hombre no cuestionó a Jesús cuando le dijo que se levantara y caminara. Simplemente, obedeció. Y demostró que tenía fe en el poder sanador de Jesús.

¿Y tú? ¿Te gustaría, como le sucedió al hombre en el capítulo 5 del libro de Juan, ser sanado? ¿Crees en el poder sanador de Dios sobre tu enfermedad, dolor, ansiedad o miedo? Ahora, ten en cuenta que la sanación de Dios puede ser diferente a lo que esperamos o deseamos. A veces, en lugar de sanarnos físicamente, Dios elige fortalecernos espiritualmente.

Otras veces, cuando seguimos luchando contra la ansiedad, Dios se hace íntimamente presente. Muchas veces, Él provee a alguien para caminar con nosotros y con nuestro dolor para brindarnos aliento, justo cuando lo necesitamos.

No te equivoques, amigo mío, incluso cuando tu sanación se vea diferente a lo que esperas o deseas, Dios posee el poder sanador sobre tu vida. ¿Confiarás en Él para ser sanado?

AVANZANDO HACIA LA ACCIÓN

¿En qué áreas de tu vida estás desesperado para obtener el poder sanador de Dios? ¿Estás desesperado por obtener sanidad física? ¿Estás buscando que Dios intervenga y te ayude en tu batalla contra la ansiedad? ¿Te sientes solo y desesperado para que Dios provea personas piadosas en tu vida?

Dedica unos momentos y pídele a Dios que intervenga en tu vida con su poder sanador. Recuerda, el poder de sanación de Dios puede que se manifieste de diferente manera a lo que esperas, pero sin duda, Él está trabajando en tu vida. Después de orar, comienza a buscar evidencia de que Dios está interviniendo y trabajando en tu vida. ¡Él puede estar trabajando en tu vida a través de muchas maneras que no te hayas dado cuenta!