Primeros Pasos: Bautismo

Estudio Bíblico de Juan: Día 3

Lee Juan 3:1-36.

No soy una persona a la que le gusta trasnochar. Cuando estoy cansado y es tarde por la noche, no hay mucho que me pueda convencer para quedarme despierto. Sin embargo, para poder tener una conversación con Jesús como la que tuvo Nicodemo en el capítulo 3 del libro de Juan, me hubiera podido quedar despierto toda la noche.

El capítulo 3 del libro de Juan relata la conversación entre Jesús y Nicodemo que sucedió cuando la noche estaba avanzada. Quizás Nicodemo tenía miedo de que lo asociaran con Jesús porque la mayoría de los líderes religiosos de la época no lo querían. Frecuentemente consideraban a Jesús como una amenaza a su poder y autoridad. Cualquier haya sido el caso, Nicodemo fue a buscar a Jesús tarde por la noche para tener una conversación con Él. Al encontrarse con Jesús, Nicodemo le dijo: “Todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas son prueba de que Dios está contigo” (Juan 3:2). Jesús respondió diciendo: “A menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el Reino de Dios”.

Confundido, Nicodemo le preguntó a Jesús: “¿Qué quieres decir? ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo?” (versículo 4).

Eso fue una valida pregunta, ¿no lo crees?

¡Nicodemo debió haber estado muy confundido! Jesús explicó que no estaba hablando de un renacimiento físico sino se refirió a un nacimiento espiritual.

Mira, debido a la muerte y resurrección de Jesús, todos los que creen en Él heredarán la vida eterna. Hacia el final de su conversación, Jesús explicó que Él trajo luz al mundo y que aquellos que hacen el mal se alejan de la luz porque no quieren exponer su pecado o su desobediencia hacia Dios (versículo 20). Aquellos que hacen lo correcto, señaló, vienen a la luz y obedecen la voluntad de Dios (versículo 21).

Cuando piensas sobre tu vida, ¿estás huyendo de la luz de Dios o estas corriendo hacia ella? ¿Tienes algún comportamiento (pecado) que no honra a Dios? ¿Te niegas a llevar ese pecado a la luz de Dios, reconociéndolo para que pueda ser expuesto?

Amigo, como seguidor de Cristo, no escondas tu pecado. Al contrario, reconócelo ante Dios y ante otras personas para que puedas poder dejar ese pecado atrás.

 

AVANZANDO HACIA LA ACCIÓN

Pasa unos momentos para reflexionar sobre tu vida. ¿Qué pecado te rehúsas a exponer y entregar a Dios? Llévalo ante Dios y reconócelo. Reconocer ese pecado ante Dios es un paso muy importante para ser libre y dejarlo en el pasado. Dedica un tiempo hoy para entrar en la luz a través de confesar tus pecados ante Dios.