Esta semana, comenzamos una nueva serie de sermones donde analizaremos la última semana de la vida de Jesús. A lo largo de esta serie, veremos cómo Jesús vivió deliberada e intencionalmente con un solo propósito: pagar el precio por nuestros pecados en la cruz y vencer el pecado y la muerte. Hoy, analizaremos la entrada de Jesús a Jerusalén, donde finalmente sería arrestado, juzgado, crucificado y sepultado para vencer el pecado y la muerte.
¿A quién conoces que vive deliberadamente, centrado en su propósito y sus objectivos?
1. ¿Qué cosas a menudo impiden que la gente viva deliberadamente?
2. Lee Lucas 19:28-35. ¿Cómo demostraron fe y obediencia los dueños anónimos del burro?
Lucas 19:28-35
28 Después de contar esa historia, Jesús siguió rumbo a Jerusalén, caminando delante de sus discípulos. 29 Al llegar a las ciudades de Betfagé y Betania, en el monte de los Olivos, mandó a dos discípulos que se adelantaran. 30 «Vayan a la aldea que está allí—les dijo—. Al entrar, verán un burrito atado, que nadie ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo aquí. 31 Si alguien les pregunta: “¿Por qué desatan al burrito?”, simplemente digan: “El Señor lo necesita”». 32 Así que ellos fueron y encontraron el burrito tal como lo había dicho Jesús. 33 Y, efectivamente, mientras lo desataban, los dueños les preguntaron: —¿Por qué desatan ese burrito? 34 Y los discípulos simplemente contestaron: —El Señor lo necesita. 35 Entonces le llevaron el burrito a Jesús y pusieron sus prendas encima para que él lo montara.
3. Lee Lucas 19:36-40. ¿Qué tiene de significativo la forma en que la gente respondió a Jesús en este pasaje de las Escrituras? ¿Qué no se dieron cuenta de Jesús?
Lucas 19:36-40
36 A medida que Jesús avanzaba, la multitud tendía sus prendas sobre el camino delante de él. 37 Cuando llegó a donde comienza la bajada del monte de los Olivos, todos sus seguidores empezaron a gritar y a cantar mientras alababan a Dios por todos los milagros maravillosos que habían visto. 38 «¡Bendiciones al Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en el cielo más alto!». 39 Algunos de los fariseos que estaban entre la multitud decían: —¡Maestro, reprende a tus seguidores por decir cosas como esas! 40 Jesús les respondió: —Si ellos se callaran, las piedras a lo largo del camino se pondrían a aclamar.
4. Lee Lucas 19:41-44. ¿Qué hizo llorar a Jesús en este pasaje de las Escrituras?
Lucas 19:41-44
41 Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo: 42 «¡Cómo quisiera que hoy tú, entre todos los pueblos, entendieras el camino de la paz! Pero ahora es demasiado tarde, y la paz está oculta a tus ojos. 43 No pasará mucho tiempo antes de que tus enemigos construyan murallas que te rodeen y te encierren por todos lados. 44 Te aplastarán contra el suelo, y a tus hijos contigo. Tus enemigos no dejarán una sola piedra en su lugar, porque no reconociste cuando Dios te visitó».
1. Muchas de las personas que adoraban a Jesús en Lucas 19 finalmente rechazarían a Jesús. ¿Cómo rechaza la gente a Jesús hoy en día?
2. Las personas que adoraban a Jesús en Lucas 19 llamaban a Jesús “rey.” De lo que no se dieron cuenta fue de que El es el Rey de los Reyes. ¿Cuál es la respuesta adecuada cuando ves e interactúas con un rey?
3. Como Rey, Jesús merece nuestra obediencia. ¿Hay algo que Él te ha estado llamando a hacer que necesitas dar un paso de obediencia y obedecerle?
Hoy en día, hay muchas personas en el mundo que necesitan la esperanza que Cristo ofrece. La Pascua es una de las épocas en que la gente está más dispuesta a asistir a un servicio religioso. Piensa en a quién puedes invitar a uno de nuestros servicios de Pascua. Comparte con tu grupo a quiénes puedes invitar. Después de que todos hayan compartido, oren por estas personas. Oren para que sean receptivos a la invitación de venir a la iglesia en Pascua y para que finalmente lleguen a tener una relación con Cristo.
El viaje de Jesús a Jerusalén no fue un viaje cualquiera. Tuvo una gran importancia. Verán, este viaje a Jerusalén fue predicho en el Antiguo Testamento y significó que Jesús era el Rey tan esperado por el pueblo judío. Él era, y es, el Rey. Recurramos ahora a las Escrituras para ver qué aprendemos sobre Jesús como Rey de reyes.
Cientos de años antes de que Jesús viniera a la tierra siendo un bebé, el profeta Zacarías predijo su viaje a Jerusalén. El cumplimiento de esta profecía fue una prueba más de que Jesús no era un hombre común. Era el Hijo de Dios, el Rey largamente esperado que prometía el Antiguo Testamento. Analicemos ahora la profecía de Zacarías.
1. Lee Zacarías 9:9-10.
Zacarías 9:9-10
9 ¡Alégrate, oh pueblo de Sion! ¡Grita de triunfo, oh pueblo de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti. Él es justo y victorioso, pero es humilde, montado en un burro: montado en la cría de una burra. 10 Quitaré los carros de guerra de Israel y los caballos de guerra de Jerusalén. Destruiré todas las armas usadas en la batalla, y tu rey traerá paz a las naciones. Su reino se extenderá de mar a mar y desde el río Éufrates[d] hasta los confines de la tierra.
2. ¿Qué reveló este pasaje de las Escrituras sobre Jesús?
3. ¿Cómo cumplió Jesús esa profecía?
4. ¿Cómo vamos a nosotros, como seguidores de Cristo, cosechar esta profecía Jesús? (Pista: Véase el versículo 9.)
Las Escrituras predijeron que el Rey tan esperado vendría del linaje del rey David. David fue quizás el rey más conocido y amado de Israel, ¡pero Jesús es aún mejor que David! Vino a salvar al mundo del pecado.
1. Lea Isaías 9:6-7
Isaías 9:6-7
6 Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Su gobierno y la paz nunca tendrán fin. Reinará con imparcialidad y justicia desde el trono de su antepasado David por toda la eternidad. ¡El ferviente compromiso del Señor de los Ejércitos Celestiales hará que esto suceda!
2. ¿Qué revela este pasaje de las Escrituras sobre Jesús?
4. ¿Cómo gobernará Jesús, según este pasaje de la Escritura? ¿ Cómo trae esperanza esta verdad?
Jesús vino a la tierra en las circunstancias más humildes. Vino como un bebé y nació en un establo. Vino como siervo y dio su vida por los pecados del mundo. El Apocalipsis revela que un día, Jesús regresará a la tierra. Esta vez, sin embargo, regresará como el Rey de reyes. Analice lo que el Apocalipsis enseña sobre la segunda venida de Jesús.
1. Lee Apocalipsis 19:11-16.
Apocalipsis 19:11-16
11 Entonces vi el cielo abierto, y había allí un caballo blanco. Su jinete se llamaba Fiel y Verdadero, porque juzga con rectitud y hace una guerra justa. 12 Sus ojos eran como llamas de fuego, y llevaba muchas coronas en la cabeza. Tenía escrito un nombre que nadie entendía excepto él mismo. 13 Llevaba puesta una túnica bañada de sangre, y su título era «la Palabra de Dios». 14 Los ejércitos del cielo vestidos del lino blanco y puro de la más alta calidad lo seguían en caballos blancos. 15 De su boca salía una espada afilada para derribar a las naciones. Él las gobernará con vara de hierro y desatará el furor de la ira de Dios, el Todopoderoso, como el jugo que corre del lagar. 16 En la túnica, a la altura del muslo, estaba escrito el título: «Rey de todos los reyes y Señor de todos los señores».
2. ¿Cómo vendrá Jesús por segunda vez, según este pasaje de la Escritura?
3.¿Cómo se compara la segunda venida de Jesús con las circunstancias de su primera?
4. ¿De qué manera lo que aprendes sobre de Jesús en este pasaje de las Escrituras influye en la forma en que piensas de responder a Él como el Rey?
El mundo necesita la esperanza que solo Jesús, el Rey de Reyes, puede traer. Una de las maneras en que podemos presentar a Jesús, el Rey de todos los reyes, a los demás es compartir el Diagrama del Puente con ellos. Mira el video del Diagrama del Puente AQUÍ. A continuación, divídanse en grupos de dos o tres y practiquen compartirlo en sus grupos. Cuanto más cómodos se sientan todos practicando este diagrama, mejor preparados estarán para compartir acerca de Jesús, el Rey de todos los Reyes, y la esperanza que Él trae.
Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible. 1 Pedro 1:8
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