Notas Del Mensaje

Deliberado: Pésaj El Séder

 

Se acercaba el Festival de los Panes sin Levadura, también llamado Pascua. Los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa tramaban de qué manera matar a Jesús, pero tenían miedo de la reacción de la gente. (Lucas 22:1-2)

Él contestó: —En cuanto entren en Jerusalén, les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo. En la casa donde él entre, díganle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está el cuarto de huéspedes en el que puedo comer la cena de Pascua con mis discípulos?”.  Él los llevará a un cuarto grande en el piso de arriba, que ya está listo. Allí deben preparar nuestra cena. Ellos fueron a la ciudad y encontraron todo como Jesús les había dicho y allí prepararon la cena de Pascua. (Lucas 22:10-13)

Esa noche pasaré por la tierra de Egipto y heriré de muerte a todo primer hijo varón y a la primera cría macho de los animales en la tierra de Egipto. Ejecutaré juicio contra todos los dioses de Egipto, ¡porque yo soy el Señor! Pero la sangre sobre los marcos de las puertas servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo. Esa plaga de muerte no los tocará a ustedes cuando yo hiera la tierra de Egipto. (Éxodo 12:12-13)

Y dio gracias a Dios por ese pan. Luego lo partió en trozos y dijo: «Esto es mi cuerpo, el cual es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria de mí». (1 Corintios 11:24)

Después de la cena, tomó en sus manos otra copa de vino y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre, la cual es derramada como sacrificio por ustedes. (Lucas 22:20)

1. Debemos examinarnos a nosotros mismos.

Por esta razón, cada uno debería examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa. (1 Corintios 11:28.)

2. Quiero que recuerden el precio que se pagó para que puedas ser perdonado.

Pues yo les transmito lo que recibí del Señor mismo. La noche en que fue traicionado, el Señor Jesús tomó pan y dio gracias a Dios por ese pan. Luego lo partió en trozos y dijo: «Esto es mi cuerpo, el cual es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria de mí». De la misma manera, tomó en sus manos la copa de vino después de la cena, y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre. Hagan esto en memoria de mí todas las veces que la beban». Pues, cada vez que coman este pan y beban de esta copa, anuncian la muerte del Señor hasta que él vuelva. (1 Corintios 11:23-26)