Les dijo: «Mi alma está destrozada de tanta tristeza, hasta el punto de la muerte. Quédense aquí y velen conmigo». (Mateo 26:38)
. . . se inclinó rostro en tierra mientras oraba: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía». (Mateo 26:39)
¿No te das cuenta de que yo podría pedirle a mi Padre que enviara miles de ángeles para que nos protejan, y él los enviaría de inmediato? (Mateo 26:53)
Entonces Jesús habló a los principales sacerdotes, a los capitanes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido a buscarlo. «¿Acaso soy un peligroso revolucionario, para que vengan con espadas y palos para arrestarme? —les preguntó—. ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve allí todos los días, pero este es el momento de ustedes, el tiempo en que reina el poder de la oscuridad». (Lucas 22:52-53)
Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre él los pecados de todos nosotros. Fue oprimido y tratado con crueldad; sin embargo, no dijo ni una sola palabra. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores, no abrió su boca. (Isaías 53:6-7)
Cuando en Egipto oigan la noticia acerca de Tiro, habrá gran dolor.(Lucas 23:5)
Les ofrecí la espalda a quienes me golpeaban y las mejillas a quienes me tiraban de la barba; no escondí el rostro de las burlas y los escupitajos. (Isaías 50:6)
Los soldados llevaron a Jesús al patio del cuartel general del gobernador (llamado el pretorio) y llamaron a todo el regimiento. (Marcos 15:16)
. . . «Si pones en libertad a ese hombre, no eres “amigo del César.” Todo el que se proclama a sí mismo rey está en rebeldía contra el César». (Juan 19:12)
"Aquel día [...] Haré que el sol se ponga al mediodía, y oscureceré la tierra a plena luz del día [. . .] Lo haré como el luto por un hijo único, y su fin como un día amargo" »En aquel día— [. . .] haré que el sol se ponga al mediodía y que en pleno día se oscurezca la tierra [. . .] Se vestirán de luto y se raparán la cabeza en señal de dolor, como si su único hijo hubiera muerto. ¡Qué tan amargo será ese día! (Amós 8:9-10)
Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo. (2 Corintios 5:21)
. . . «Padre, ¡encomiendo mi espíritu en tus manos!». Y con esas palabras dio su último suspiro. Lucas 23:46)
13 No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.(Juan 15:13)
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