1. Necesitamos comprometernos a pasar tiempo con Dios todos los días.
A la mañana siguiente, antes del amanecer, Jesús se levantó y fue a un lugar aislado para orar. (Marcos 1:35)
2. Necesitamos ponerte en un grupo pequeño
. . . Padre santo, tú me has dado tu nombre; ahora protégelos con el poder de tu nombre para que estén unidos como lo estamos nosotros. (Juan 17:11)
3. Encuentre un equipo ministerial y sirve al Reino de Dios
. . . «Ustedes saben que los gobernantes de este mundo tratan a su pueblo con prepotencia y los funcionarios hacen alarde de su autoridad frente a los súbditos. Pero entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente, y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá convertirse en esclavo. Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos».(Mateo 20:25-28)
4. Debemos compartir nuestra fe en Jesús con otras personas.
Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos. (Lucas 19:10)
Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor. A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos». (Mateo 9:36-38)
1. Sus problemas fueron grandes.
2. No sabían qué hacer.
3. No sabían adónde acudir en busca de ayuda.
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