4. Las personas orgullosas son críticos
5. Las personas orgullosas están pensando en este momento en quién necesita escuchar esto.
. . . —Había dos hombres en cierta ciudad; uno era rico y el otro, pobre. El hombre rico poseía muchas ovejas, y ganado en cantidad. 3 El pobre no tenía nada, solo una pequeña oveja que había comprado. Él crio esa ovejita, la cual creció junto con sus hijos. La ovejita comía del mismo plato del dueño y bebía de su vaso, y él la acunaba como a una hija. Cierto día llegó una visita a la casa del hombre rico. Pero en lugar de matar un animal de su propio rebaño o de su propia manada, tomó la ovejita del hombre pobre, la mató y la preparó para su invitado. Entonces David se puso furioso. —¡Tan cierto como que el Señor vive—juró—, cualquier hombre que haga semejante cosa merece la muerte! Debe reparar el daño dándole al hombre pobre cuatro ovejas por la que le robó y por no haber tenido compasión.
Entonces Natán le dijo a David: —¡Tú eres ese hombre! El Señor, . . .(2 Samuel 12:1-7)