Notas Del Mensaje

Aquí Vamos De Nuevo: El Secreto Del Contentamiento

 

“. . . Pues lo que está en el corazón determina lo que uno dice. Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Les digo lo siguiente: el día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan dicho. Las palabras que digas te absolverán o te condenarán».(Mateo 12:34-37)


. . . he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas. (Filipenses 4:11-13)

1. El contentamiento no proviene de nuestras cosas.

Junté grandes cantidades de plata y de oro, el tesoro de muchos reyes y provincias. Contraté cantores estupendos, tanto hombres como mujeres, y tuve muchas concubinas hermosas. ¡Tuve todo lo que un hombre puede desear! De modo que me hice más poderoso que todos los que vivieron en Jerusalén antes que yo, y mi sabiduría nunca me falló. Todo lo que quise lo hice mío; no me negué ningún placer. Hasta descubrí que me daba gran satisfacción trabajar mucho, la recompensa de toda mi labor; pero al observar todo lo que había logrado con tanto esfuerzo, vi que nada tenía sentido; era como perseguir el viento. No había absolutamente nada que valiera la pena en ninguna parte. (Eclesiastés 2:8-11)

2. El contentamiento no proviene de nuestras circunstancias.

Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. (Filipenses 4:12)

Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas. (Filipenses 4:13)

Todos llegamos al final de nuestra vida tal como estábamos el día que nacimos: desnudos y con las manos vacías. No podemos llevarnos las riquezas al morir. (Eclesiastés 5:15)

“. . . La vida no se mide por cuánto tienen».” (Lucas 12:15)

“. . . El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón.” (1 Samuel 16:7.)