“. . . «Cuando ofrezcas un almuerzo o des un banquete—le dijo—, no invites a tus amigos, hermanos, parientes y vecinos ricos. Pues ellos también te invitarán a ti, y esa será tu única recompensa. Al contrario, invita al pobre, al lisiado, al cojo y al ciego. Luego, en la resurrección de los justos, Dios te recompensará por invitar a los que no podían devolverte el favor».” (Lucas 14:12-14)
“. . . —¡Sáquenla y quémenla!—ordenó Judá.” (Génesis 38:24)
. . . «El dueño de estas cosas fue quien me dejó embarazada. . . (Génesis 38:25)
Salmón fue el padre de Booz (su madre fue Rahab). . . (Mateo 1:5)
. . . Booz fue el padre de Obed (su madre fue Rut). . . (Mateo 1:5)
. . . —No me pidas que te deje y regrese a mi pueblo. A donde tú vayas, yo iré; dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras, allí moriré y allí me enterrarán. ¡Que el Señor me castigue severamente si permito que algo nos separe, aparte de la muerte! (Rut 1:16-17)
»No se admitirá en la asamblea del Señor a ningún amonita ni moabita ni tampoco a sus descendientes hasta la décima generación. (Deuteronomio 23:3)
. . . David fue el padre de Salomón (su madre fue Betsabé, la viuda de Urías). (Mateo 1:6)
Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados».(Mateo 1:21)